Simbología y rituales en el sissismo





El morbo de la sexualidad Femdom está lleno de simbolismos y rituales que parodian la masculinidad. Como las dominantes somos sádicas y nos gusta divertirnos con los hombres, ritualizar en forma humillante las conductas masculinas suele ser uno de nuestros deportes favoritos.

   Históricamente, el hombre ha sido definido por las acciones que se esperan de él. El hombre avanza sobre la mujer, el hombre la penetra, el hombre la cuida como su propiedad privada frente a otros hombres. También el hombre rechaza tajantemente la homosexualidad y se burla de los que no son tan hombres como él. Las conversaciones masculinas llenas de burlas y chistes misóginos y homófobos contribuyen a la creación de una identidad masculina. El hombre es el que debe llevar los pantalones.

   Las mujeres sádicas jugamos con esa identidad y nos divertimos parodiándola y deformándola mediante diversas acciones de humillación. Al hombre sometido se le impide la penetración, se lo somete a la castidad, se lo viste como mujer. También es posible que la sádica goce metiéndole los cuernos o lo obligue a tener sexo con otros hombres. El juego puede llegar a un nivel psicológico extremadamente profundo pues es posible que el sumiso experimente un goce sensual tan fuerte que lo lleve a cuestionarse si no dejó definitivamente de ser ese hombre que la sociedad y sus pares le dijeron que debía ser.

   Durante mucho tiempo, yo pensé que nada representaba mejor a la masculinidad que entregarse para el placer de la mujer.  Pero lo que descubrí con la experiencia es que en dominación femenina, el concepto de hombre en intimidad con la mujer es muy poco relevante frente al concepto de hombre como constructo de la sociedad patriarcal y es justamente la ruptura de dicha construcción social lo que genera el morbo, la deliciosa fruta del placer prohibido, tanto para ellos como para nosotras.







  Una esposa que sissifica al marido en privado y que decide exhibirlo frente a sus amigas tan sádicas como ella para que se diviertan a costa de él o que le mete los cuernos delante de otros hombres, le está quitando a ese hombre su identidad masculina, aquello que lo ha caracterizado históricamente frente a sí mismo, frente a cualquier mujer y frente a la sociedad que lo educó. Sissismo y cuckolding ponen en duda su aptitud para el coito, que no en vano fue durante siglos la más humillante forma en que una mujer podía solicitar la anulación de su matrimonio. Nada caracteriza más al hombre – macho que dicha aptitud. Para esto nace, para esto se lo educa y para esto viene predispuesto, tanto biológica como culturalmente. Para poseer a una mujer y para demostrarle a los demás el poder de sus pelotas haciéndole hijos con la seguridad de que dicha prole es efectivamente suya.

   Estos rituales son propios del sadismo femenino y no necesitan de las clásicas técnicas de castigo del BDSM ni de establecer sistemas de control para evitar daños físicos. La principal herramienta femenina de dominación es la humillación, a través de actos y palabras. Esta forma de vivir el BDSM no tiene analogía maledom. No podría tenerla desde el momento en que el placer sádico nace al burlar un complejo entramado social que es propio de una cultura masculina. Una sumisa no podría ser sissificada por su amo, con la connotación humillante y transgresora del término sissy. Tampoco la metida de cuernos tiene relevancia en el maledom dado que las mujeres han sido educadas sumisamente durante siglos para aceptar las infidelidades de los hombres como una parte inevitable de su naturaleza.

   Hay un útimo detalle que quiero compartir. Me consta que los hombres sumisos son los mayores sibaritas sexuales que he conocido. Un sumiso sissy presiente que una mujer sádica que goza con este tipo de sexualidad es una mujer que mientras lo somete, le abre como sin querer las puertas de un mundo femenino de placeres distintos, diferentes a los convencionales. El sabe que cuando ella lo feminice, va a poder experimentar en su rol de sissy las delicias de la sexualidad lésbica de la mano de la diosa que adora. Ninguno de sus amigotes especialistas en contar chistes machistas va a poder acceder jamás a ese paraíso. 





Comentarios

  1. Este blog reproduce algunas columnas ya posteadas en Sado Sensual y Femenino
    sadobyroxy@blogspot.com.

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