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Mostrando las entradas de octubre, 2018

Simbología y rituales en el sissismo

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El morbo de la sexualidad Femdom está lleno de simbolismos y rituales que parodian la masculinidad. Como las dominantes somos sádicas y nos gusta divertirnos con los hombres, ritualizar en forma humillante las conductas masculinas suele ser uno de nuestros deportes favoritos.     Históricamente, el hombre ha sido definido por las  acciones  que se esperan de él. El hombre avanza sobre la mujer, el hombre la penetra, el hombre la cuida como su propiedad privada frente a otros hombres. También el hombre rechaza tajantemente la homosexualidad y se burla de los que no son tan hombres como él. Las conversaciones masculinas llenas de burlas y chistes misóginos y homófobos contribuyen a la creación de una  identidad masculina. El hombre es el que debe llevar los pantalones.    Las mujeres sádicas jugamos con esa identidad y nos divertimos parodiándola y deformándola mediante diversas acciones de humillación. Al hombre sometido se le impide la penetración, se lo somete a l

Cuando sobra sumision

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   En la primera década de este siglo, el templo del BDSM nacional era  La Casona del Sado,  ubicada en la calle Yatay en el barrio porteño de Almagro. Fue allí, en una de las tantas noches de sábado de sado y diversión, donde junto a mi esclavo marido conocimos a una interesante pareja del ambiente. Ella era dominante,  una morocha del norte argentino, de una belleza exótica que parecía romper el aire a su paso e iba acompañada por su esclavo, que solía presentarse con un atuendo monástico, como de un franciscano, lo que aumentaba su aspecto de sufriente asceta.        No voy a negar que el BDSM no es para mí ni una filosofía ni un camino de aprendizaje sino un territorio más en la búsqueda de goces sensoriales y la piel de aquella mujer y sus ojos negros parecían prometerme un Olimpo de placeres.  Intenté acercarme a ella de diversas formas pero la hermosa, sutilmente, rehuía mis avances. No me rechazaba pero tampoco se me acercaba demasiado. Una noche de las tantas en q