Sumisos que necesitan límites
No me cabe
duda que el BDSM ha dejado de ser hace rato un conjunto de técnicas y
actividades sexuales particulares para ingresar al brumoso terreno de lo que se
define como una cultura. Dentro de esa cultura BDSM, las
comunidades siempre han buscado normalizar el comportamiento de sus miembros;
por ejemplo mediante la formalización de parejas amo – sumisa que estipulan sus
deberes y derechos mutuos, acollaradas cual matrimonios vainillas con sus
libretas matrimoniales.
En esas comunidades BDSM, uno de los temas a tratar más trillados es el de los límites. No hay sitio de Internet o debate en reuniones en donde se debata sobre lo importante que es prevenir abusos mediante el respeto de la parte dominante de los límites establecidos por la parte sumisa. Sin embargo, mi experiencia Femdom es la opuesta. Yo manejo la sesión sexual de acuerdo a mi criterio, sin aceptar consensos preestablecidos ni límites restrictivos pero la tiene que poner límites soy Yo, porque los sumisos varones casi siempre intentan llevar la relación mucho más lejos de la sesión.
Nunca viví algo así. Podremos repetirlo?
Necesito volver a verte.
Aceptarías salir conmigo
en otro momento? Ya sé que sos casada pero me gustaría tener con vos más
intimidad que la que tuvimos la otra noche.
Si el
orgasmo más fuerte de tu vida te llegó después de una sesión con una Mistress
profesional, vas a tener más chances de repetirlo pero también sabés que
las ecuaciones económicas con las que hasta hoy manejaste tu vida pueden
empezar a salirse de control. Si lo bueno hay que pagarlo, suele costar
mucho. En mi caso y en el de la mayoría de mis amigas dóminas, las
atenciones que exigimos corren por otros carriles pero igualmente sólo vale
nuestro placer hedonista y egoísta. Ese mismo despotismo femenino que tanto te
excita, puede volverse en tu contra si deseas que tu dama fetiche pase de
Mistress a novia.
Podés
ser un afortunado, como lo fue mi actual esclavo marido, de encontrar una
Dominante de corazón desocupado y hacer todos los méritos necesarios para
enamorarla. Bien por vos. Pero si Ella te marca la cancha de entrada y te
advierte que no busca
ni desea compromisos, conformate con que, si
te comportas como Ella espera y le brindas las satisfacciones que Ella exige,
terminado el encuentro sólo podrás aspirar a ser un buen recuerdo.
En mis paganas
celebraciones, invoco al espíritu de Afrodita, al libertino deseo erótico. Lo
que yo busco en el sado es aquel eslabón perdido en la cadena del amor
romántico pero que es a la vez efímero y espontáneo. Aquello que es tan difícil
de encontrar porque requiere reconocer y aceptar que el sexo fue una gran
oportunidad de dar y recibir y que no requiere una continuación afectiva. Si
fuimos capaces de llegar a la cumbre del orgasmo mediante una combinación
deliciosa de pasiones y acciones sádicas, porqué afectar esa perfecta pureza
del sexo en estado virginal contaminándola con pseudorromanticismos posteriores
que sólo pueden aportar desilusiones y sentimientos equívocos.
Este blog reproduce algunas columnas ya posteadas en Sado Sensual y Femenino
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